5 cosas que debes saber antes de iniciar tu transición capilar (y no rendirte en el intento)

Tenía 12 años cuando me alisaron el cabello por primera vez. Recuerdo el olor penetrante del químico, la sensación de ardor en el cuero cabelludo y la promesa de que, al final, me vería “más bonita”. En Venezuela, donde crecí, el cabello rizado se consideraba “pelo malo”, una expresión cargada de racismo y clasismo que aún persiste en muchas comunidades.
Durante años, sometí mi cabello a alisados y tratamientos para encajar en un estándar de belleza eurocéntrico que valoraba lo liso y lo claro. No fue hasta que emigré a Chile que comencé a cuestionar estas normas. Aunque esperaba encontrar una sociedad más abierta, me enfrenté a nuevos desafíos: comentarios sobre mi cabello “desordenado” o “poco profesional”, y la presión de adaptarme a un entorno donde lo diferente a menudo se ve con recelo.
El miedo a cortarme el cabello y dejar atrás los alisados no era solo estético; era un temor profundo a ser rechazada, a no ser aceptada en espacios laborales o sociales. Sin embargo, decidí dar el paso. El “big chop” fue un acto de liberación, una forma de reconectar con mi identidad y de desafiar las normas impuestas. Fue también un proceso de aprendizaje, de entender cómo cuidar mis rizos y de aceptar que mi cabello es hermoso tal como es.
Hoy, a mis 33 años, abrazo mis rizos con orgullo. He aprendido que el cabello es político, que nuestras elecciones estéticas pueden ser actos de resistencia. En un mundo que constantemente nos dice cómo debemos lucir, decidir llevar el cabello natural es una declaración de amor propio y de afirmación cultural.
Sé que el camino no es fácil, porque yo estuve ahí, pero también sé que es posible. Cada rizo cuenta una historia, y cada historia merece ser celebrada.
Si estás considerando dejar atrás los alisados y abrazar tu cabello natural, te animo a dar el paso. No estás sola en este viaje. Hay personas que te acompañarán en el proceso, conocerás gente con quien compartir experiencias y celebrarás la belleza de lo auténtico.
Tu cabello es parte de ti, y merece ser tratado con amor y respeto. No dejes que el miedo te impida descubrir lo hermosa que eres en tu forma más natural.